Nos encontramos en un proceso de ida sin vuelta atrás. El Internet ha
sellado nuestro futuro a nivel global. Todos estamos cada vez más digitalizados:
cada vez con más frecuencia hacemos uso del twitter, Facebook, Whats app, Instagram,
Snapchat, etc para interactuar socialmente, organizar eventos, comunicarnos con
amigos que están al otro lado del mundo o incluso compartiendo en la misma mesa,
conocer personas, etc. Nuestra forma de hacer las cosas ha cambiado y con ello
nuestras necesidades como consumidores también; ¿quién no ha comprado algo a través
de Amazon o cualquier plataforma de venta por internet?, ¿quién no ha planeado
sus viajes utilizando el internet en lugar de ir a una agencia física de viajes?,
¿Quién no ha buscado tutoriales en YouTube en lugar de buscar un profesor particular?
Todo ello nos hace pensar que, si no son todos, la mayoría de sectores están destinados
a digitalizarse para mantenerse vigente en el mercado.
Es aquí donde nos preguntamos: ¿qué está haciendo el sector bancario
respecto a este panorama? Si lo pensamos bien es uno de los sectores más
tradicionales. La mayoría de bancos siguen intentando posicionarse con
productos bancarios con pequeñas diferencias en las tasas de interés, o
tarjetas de créditos con ofertas/descuentos para ganar clientes. ¿Es este el enfoque
futuro de la banca? Nos atrevemos a decir que, en un mundo tan globalizado, más
importante que lo antes mencionado es la disponibilidad para sus clientes. No
estamos hablando de la cantidad de sucursales, porque aquí ya no es donde se
ganan los clientes, sino del mundo virtual.
Algunos hechos confirman que el futuro de la banca será digital.
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La
penetración del Internet en la UE es de 94% y en EEUU es de 91%.
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La
penetración del Smartphone en la UE es de 78% y en EEUU es de 56%.
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Cada
nueva generación laboral será más tecnológica que la anterior, y con ello sus
necesidades serán más virtuales.
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Las
empresas más grandes de Internet (Google, Apple, Amazon, etc.) ya ofrecen servicios
financieros, especialmente enfocados en los medios de pago.
Todo ello está marcando el camino a la digitalización del sector bancario. Si
bien el futuro digital representa un gran reto para el sector bancario, porque
son conscientes de la amenaza que representa. Algunos pueden verlo como una
gran oportunidad para generar un contacto directo con el cliente, ofrecerle
servicios a través de internet y de aplicaciones en Smartphone y contar con la información
valiosa de tus clientes. Cada vez es más común que en las sucursales bancarias,
en lugar de ofrecerte productos financieros, te hablan sobre las aplicaciones
para Smartphone y los beneficios que tiene, la facilidad para realizar transacciones
por internet y vía móvil, entre otras cosas.
Sin embargo, estos pequeños beneficios que casi todos los bancos ya ofrecen
no son suficientes. En la era de la trasformación digital bancaria liderarán
aquellos que están abiertos al cambio y a la innovación digital que aporten
valor agregado al consumidor. Estarán destinados al fracaso aquellos bancos
tradicionales con resistencia al cambio en el modelo de su negocio. Ya empiezan a aparecer las amenazas:
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Pequeñas
entidades bancarias están logrando posicionarse por disponibilidad,
accesibilidad y velocidad gracias al buen aprovechamiento de la tecnología digital,
por ejemplo “MoneyMan” es una empresa que ofrece microcréditos en minutos,
mientras que en entidades bancarias tradicionales se tardan días o semanas (página
web: https://www.moneyman.es/).
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Muchos
empresarios del sector comentan que la aparición de startup Fintech definirá el
futuro de la banca. Esta startup ofrece una visión en profundidad de cómo
aprovechar la tecnología para revolucionar el sector bancario (página web: https://h2.vc/reports/fintechinnovators/2016
).
Ya conocemos a algunos nuevos competidores que han empezado a aparecer,
pero en los próximos años vendrán muchas sorpresas a nivel de innovación digital
que darán lugar a nuevas empresas con nuevos modelos de negocio y que se ajustarán
cada vez más a las necesidades de los consumidores. Sin duda el mayor
beneficiado será el consumidor, quien es cada vez más informado y tendrá mayor
posibilidad de elección. Es él quien decidirá quién se apoderara del mercado,
que es más que seguro que no sea quien ofrezca la mejor taza de interés, sino quien
mejor aproveche la tecnología digital para satisfacer las necesidades de los
clientes y ofrecerles un diferencial de relevancia para ellos.